El despido después del ERTE ha sido una de las cuestiones más recurridas durante el estado de alarma a nuestros abogados laboralistas.
Qué efectos negativos se producen en las empresas tras estas decisiones, cuándo podrá considerarse procedente o improcedente, dónde presentar la reclamación por despido, cómo se están resolviendo aquellos casos conocidos como “prohibido despedir”, etc,
Estas y otras preguntas trataremos de ir resolviendo a lo largo el artículo.
¿Qué es un ERTE?
Para comprender si es posible el despido después de un ERTE, es necesario primero definir qué se entiende por este concepto.
Un ERTE, o Expediente de Regulación Temporal de Empleo es una medida contemplada en el Estatuto de los Trabajadores que permite a la empresa reducir el salario de sus empleados mediante la suspensión del contrato o la reducción de la jornada laboral (entre otros efectos).
Es decir, se trata de una herramienta utilizada para reducir los costes de una empresa, que normalmente se presentan cuando existe una mala situación económica.
En la actualidad, el significado de ERTE ha cobrado una gran relevancia dentro de las empresas, debido a la situación económica provocada por la pandemia del COVID-19.
¿Qué pasa si hay despido después de un ERTE?
El periodo de ERTE finaliza cuando la empresa logra superar las dificultades económicas que le habían llevado a reducir los costes laborales.
Por ello, cuando el trabajador se reincorpora a la empresa con las condiciones iniciales de su contrato, la empresa tiene la obligación de mantener su permanencia durante un periodo de seis meses desde la finalización del ERTE.
Esto se debe a que, al igual que la empresa, el trabajador en ERTE también ve reducida su capacidad económica, por lo que podría encontrarse en una situación de vulnerabilidad.
Por tanto, si el empresario despide al trabajador antes de cumplir este plazo se consideraría como despido improcedente.
Las sentencias entienden que no hay vulneración de derechos fundamentales por lo que no es posible que sea un despido nulo.
¿Cuáles son las consecuencias para el empresario de un despido improcedente?
Cuando el empresario despide a un trabajador sin respetar el plazo de reincorporación del ERTE, este estará obligado a devolver el valor de la cotización exonerada a la Seguridad Social.
Además, el trabajador podrá denunciar por despido improcedente, pudiendo imputarse las siguientes sanciones:
- Obligación de readmitir en la empresa al trabajador despedido (aunque considerarse despido nulo ya se ha indicado en muchas sentencias que no se vulnera derechos fundamentales).
- Indemnización de veinte días por año trabajado, hasta un plazo máximo de doce meses.
Despido disciplinario después del ERTE
El despido disciplinario constituye una excepción dentro de los despidos después del ERTE, ya que no es necesario respetar el plazo de seis meses.
En un despido disciplinario el empresario puede poner fin a la relación contractual con el trabajador cuando este sea responsable de incumplimientos graves y culpables.
Las causas de un despido disciplinario son las siguientes:
- Indisciplina o desobediencia.
- Faltas de asistencia o puntualidad injustificadas.
- Acoso u ofensas al empresario, compañeros o a sus familiares.
- Transgresión de la buena fe contractual.
- Disminución del rendimiento laboral.
- Toxicomanía o embriaguez repetida, cuando afecte negativamente al trabajo.
Cuando tenga lugar alguna o varias de estas situaciones, el empresario podrá formular un despido disciplinado, que será independiente del plazo del ERTE.
Podríamos decir de la carta de despido, que la motivación más recurrida durante el estado de alarma ha sido la de alegar el despido disciplinario, especialmente por las consecuencias para las empresas con la Seguridad Social derivadas del conocido “prohibido despedir”.
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¿Se considera despido improcedente el despido después de un ERTE?
Como hemos comentado anteriormente, la empresa se compromete a mantener al trabajador durante un periodo de seis meses tras la finalización de un ERTE.
Por ello, cuando el empresario decida despedir al trabajador antes de este plazo, siempre que el trabajador cumpla con las labores de su contrato, será considerado como despido improcedente.
¿Se puede negociar un despido después de un ERTE?
Por supuesto que sí, En algunas ocasiones, el trabajador decide poner fin a su relación laboral y negociar el despido con la empresa para cobrar la indemnización y el trabajador pueda cobrar el paro.
Para ello, será necesario que el trabajador tenga que presentar papeleta de conciliación laboral.
Por exponer casos concretos, en el SMAC Madrid debido al elevado volumen de reclamaciones laborales, los casos que suelen verse en este acto de conciliación son aquellos en los que hay acuerdo con la empresa, por lo que únicamente habrá que homologar.
En cambio, en el CMAC en Barcelona la gestión está siendo diferente y en un plazo razonable de 15 días-1 mes se está conciliando.
El homologar es fundamental especialmente a efectos de exención de indemnizaciones en el IRPF.
Reducción de jornada por guarda legal antes de saber que podían despedirme después del ERTE
La guarda legal es una medida de los trabajadores para la custodia de un menor o discapacitado, y conlleva normalmente una reducción de la jornada laboral.
Es una situación regulada en el estatuto de los trabajadores, por lo que el despido por esta situación es considerado como un despido nulo.
Si bien es cierto, recientemente ha podido encontrarse el caso de que solicitar esta medida, cuando se puede ser citado a una reunión para un posible despido, no se considera despido nulo, sino improcedente.
¿Por causas económicas es procedente el despido después de un ERTE?
Al igual que en el despido disciplinario, en el despido por causas económicas tampoco es necesario respetar el plazo de seis meses tras la finalización del ERTE.
Por ello, siempre que se justifiquen las causas económicas que han llevado al despido del trabajador, este despido estará amparado en un marco legal.
A modo de conclusiones debemos responder, que con independencia de la causa del cese de la relación laboral, un despido procedente o improcedente se dictaminará por un juzgado si bien es cierto, estar al corriente de la jurisprudencia nos permite a los abogados laboralistas “predecir” las probabilidades de éxito de tu expediente.
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